La obra de esta piscina, ubicada en la exclusiva zona residencial de Somosaguas de Madrid, destaca por el empleo de materiales de altísima calidad que proveen de un servicio igualmente de primera, novedoso y moderno. La ejecución se desarrolló en sintonía en el plazo de un mes y medio. El resultado aunó funcionalidad, singularidad y belleza.
Algunas de sus particularidades fueron: en primer lugar, que en los muros del vaso de piscina (el hueco de la piscina) en lugar de utilizar ladrillo, se empleó la técnica del gunitado. Esto se lleva acabo con una máquina específica (hoy cada vez más común pero no así en el año 2006, fecha de su construcción) que mezcla la arena y el cemento y lo proyecta.
Además, se utilizó un material especialmente novedoso como es la tarima de madera exterior IP que imita a la madera de exteriores pero que al ser de resina no hay que tratarlo con nada.
Otra singularidad fue que incluye un gresite oscuro 4x4, modelo fantasía, que permite que la temperatura del agua suba 4 ó 5 grados más de lo normal, debido a su color oscuro.
Sin embargo, lo más llamativo de la piscina, sin lugar a dudas, son los bordes y el efecto visual que recuerda al movimiento del agua cuando se aproxima a la orilla de la playa. Esto es así debido al empleo del acabado tipo Munich. El acabado tipo Munich se caracteriza porque alrededor del vaso de la piscina hay una canal perimetral que recoge el agua. Funciona gracias a la técnica del rebose unida a un vaso de compensación subterráneo que lleva y que recoge el agua por debajo de la madera. A través de una puerta de madera, se accede a un sótano donde se sitúa el vaso de compensación.
Junto a la piscina construimos una casita pequeña, que era una réplica de la casa principal, para los niños que salió en la revista “Mi casa”. El interior fue decorado por Gastón y Daniela.